Andy Warhol dijo una vez que en el futuro todo el mundo tendría quince minutos de gloria. Bien, el futuro ha llegado y a diario aparecen héroes, antihéroes, líderes juveniles y demás personajillos que salen en nuestras pantallas contando aventuras de todo tipo para aprovechar (y rentabilizar) al máximo su momento.
Después de muchas idas y venidas alguien logró dar con la formula perfecta. Ser parte del libro Guinness de los records. No siempre es fácil pero sí efectivo. Todo el mundo se hace eco de estas proezas temporales sobretodo si son extravagantes e irracionales. En algunos casos jugarse la vida se trata de algo poco importante siempre que seas la persona a la que más rayos le han caído encima. Hay records para todos los gustos: frikis, como el hombre que construyó el laberinto más extenso del mundo (130 mil metros cuadrados) para conmemorar los cuarenta años de la serie Star Trek; inútiles, pasarse horas empujando una naranja con la nariz; interesantes, la busqueda de la persona más alta del planeta o los míticos, el hombre que devoró más hamburguesas o pizzas en un minuto.
Está claro que no todos pasaremos a la historia por haber sido los primeros en pisar la luna, descubrir el elixir de la eterna juventud o conseguir el nobel de medicina pero no querríamos que las futuras generaciones nos recordaran por ser la persona con mayor longitud de pelo en las orejas o la que más tiempo ha pasado sin ducharse pero para muchos la fama puede ser más atrayente que unas tijeras o una pastilla de jabón.
En estos momentos existe un nuevo récord en marcha y para variar viene de la gran mente pensante llamada América. Donna Simpson ha puesto a la humanidad en vilo al afirmar que su propósito es conseguir ser la mujer más gorda del mundo. Su objetivo: llegar a pesar 450 kilos en poco más de dos años. Su modus operandi: consumir un total de doce mil calorías diarias. Opiniones personales aparte hay quien cree que conseguir que el propio nombre aparezca reflejado en un libro es mucho más importante que escribir por el camino su epitafio.